viernes, 7 de julio de 2017

Abandonar nuestra academia

Esa academia donde aprendemos nuestros primeros pasos de danza, siempre será especial para nosotros y tendrá un lugar importante en nuestro corazón. Nuestro primer maestro(a), nuestros primeros compañeros, nuestro primer salón de danza. Pero sucede que, a veces, llega un momento en el que es preciso abandonar ese estudio, o a ese maestro(a); ya sea porque has alcanzado el máximo nivel que la academia puede ofrecerte y deseas seguir creciendo como bailarín, o porque tus otras actividades ya no te permiten seguir bailando. ¿Cómo tratar el tema con tus maestros, sin que se lo tomen a mal?

Cuando Gabrielle Thurlow, bailarina solista del ballet de Pittsburgh, llegó a la preadolescencia; supo que quería seguir una carrera de ballet profesional. Pero para hacerlo, tuvo que tomar la dura decisión de abandonar su estudio local en Buffalo, Nueva York, para entrenar en la Pittsburgh Ballet Theatre School. "Quería una escuela ligada a una compañía profesional, donde pudiera entrenar a tiempo completo", dice. Con el apoyo de sus padres, ella se acercó a sus profesores con un año de antelación para hablarles sobre su partida. "Es una conversación difícil", dice. "Ellos me enseñaron, y tuvimos una relación muy especial, pero como ex-bailarines profesionales, ellos entendieron mi decisión".

Tarde o temprano, los bailarines llegan a ese momento en la vida en que deben abandonar su estudio. Siempre estarán en deuda con los maestros que los moldearon, y abordar el tema de abandonar las clases puede parecer una conversación imposible. Es normal estar nervioso, pero existen maneras de manejar la situación con cautela y prudencia, para no herir sentimientos ni cerrarse uno mismo las puertas.

La decisión


Muchos bailarines deciden cambiar de escuela cuando sienten que han alcanzado el nivel máximo que su estudio puede ofrecerles. Es natural y saludable, buscar bailarines más avanzados para ponerse retos, competir y superarse.

Otros tal vez quieren especializarse en una técnica, como Vaganova o Balanchine.

Es posible también, que la danza no represente la profesión a la que quieran dedicar el 100% de su tiempo y que la carrera universitaria, o el trabajo, ya no les permitan seguir bailando.

El atractivo de las becas dancísticas para estudiar en el extranjero es otra causa común. Los cursos de verano ofrecidos en las escuelas más importantes del mundo, pueden ser un puente para acceder a una beca de tiempo completo en dicha escuela.

Un mal profesor o una relación negativa estudiante-maestro también puede empujar a un bailarín a salir de su estudio.

Los maestros deben ser sensibles a las necesidades de los estudiantes, y ser realistas sobre cuánto pueden ofrecer. Hay muchos maestros que crítican y juzgan al resto de sus colegas para crear una imagen negativa en sus alumnos y evitar que se vayan, arruinando así, lo que podría ser una carrera prometedora en la danza.



La conversación


1. Una relación abierta y honesta con tu maestro facilitará la tan temida conversación. Debes tener en cuenta que va a ser un momento incómodo. Sé respetuoso y hazle saber lo agradecido que estás por todo lo que te ha dado.

2. Enfoca la conversación en lo que tú necesitas, en lugar de en lo que el estudio no te está dando. Habla de las cosas que están fuera del control del maestro, y enfatiza que no es un defecto de la escuela.

3. Es bueno estar abierto y ser amable con tu maestro, en lugar de presentar una lista de quejas.

4. Si tuviste un mal día y sales de la clase furioso o frustrado, entonces no es el momento adecuado para hablar. Hazlo cuando estés calmado y cuando notes que tu maestro también lo está.

5. Tampoco te sientas culpable. No pidas perdón. Tienes todo el derecho a decidir lo que es mejor para ti y lo que quieres hacer con tu vida.

6. El tiempo es crucial. El maestro se enfurecerá y lo tomará muy mal si le avisas un día antes de partir. Si planeas abandonar la escuela al comienzo del ciclo escolar (agosto) inicia la conversación en abril o mayo. Hazlo antes de que el maestro te tome en cuenta para la próxima coreografía o para la próxima función.



7. Por ningún motivo dejes de tener esta charla con tu maestro. No importa por cuanto tiempo hayas tomado su clase. Todos los maestros merecen una explicación. No desaparescas así como así, es irrespetuoso y grosero; además de que en la academia pueden tomarlo a mal y cerrarte las puertas si algún día quieres regresar.

8. Recuerda que debes hablar de frente y en persona, no por teléfono ni mucho menos por medio de Whatsapp!! Si te sientes más seguro, tus padres pueden apoyarte, pero no dejes que ellos sean los únicos que hablen, di algo a tu maestro, da las gracias, dale un abrazo.

La respuesta


No lo tomes a mal si el maestro se molesta, piensa que tu has hecho lo correcto y que algunas personas reaccionan así con el dolor; para un maestro siempre es difícil decir adiós a sus alumnos. Sin embargo, en la mayoría de los casos los maestros reaccionan con una actitud de apoyo. Para cualquiera de ellos, siempre será un orgullo saber que formó una parte importante de tu vida, y que pudo sembrar algo de conocimiento en ti.




2 comentarios:

  1. Hola! Me atrevo a decir que tu blog es sumamente genial y esencial, sobretodo para aquellos amantes de la danza (sean estos espectadores o intérpretes). Tienes un implacable talento literario para escribir, y todos lor artículos que he leído (hasta comentarios incluso) están muy bien compuestos.

    Ahora bien, tengo la siguiente cuestión y sería muy significativo para mí si me pudieses hechar la mano.

    Mi nombre es Roger, soy de Mérida, una ciudad en la que los bailarines masculinos de ballet no abundan y se podría decir que tienen cierta popularidad; yo empecé a practicar este hermoso arte en agosto del 2014 cuando tenía quince años. En aquel entonces tuve la dicha de encontrar una academia (para no producir mala fama la llamaré academia A) en la cual los hombres recibían beca instantánea en el ballet con tan sólo entrar. Aprendí mucho en esta academia pero la tuve que abandonar luego de un año (en verano del 2015) puesto que me mudé al otro lado de la ciudad. Hasta este punto tengo que recalcar que soy un estudiante dedicado de bachillerato por la mañana, y amante del ballet por la noche en aquellos tiempos.

    No me despedí de todos en la academia A, por miedo, sólo de los maestros principales.

    Pero no perdí el tiempo, porque no tardé en conseguir un beca completa en otra academia (academia B), tanto por mis méritos como por su esperanza en mi.

    Pasaron dos años y entonces me di cuenta que, aunque amaba al ballet profundamente, mi sueño era estudiar química aplicada (pues soy amante de la ciencia también). Sin embargo, como la universidad ya se estaba acercando, tuve que dejar el ballet en mayo del 2017, pero no me despedí de nadie. De hecho les mentí: le dije que me iba mal en la escuela y que mis padres me habían prohíbido volver hasta que mejorara mi promedio. Pero todo eso era mentira, mi promedio era excelente.

    Ya han pasado casi seis meses y la culpa me persigue. Siento que debería volver a la academiba B para despedirme correctamente, pero no armo el coraje y no sé qué hacer. Ellos me dieron mucho amor, hicieron muchísimo por mí y siempre me apoyaron ¿Me podrías ayudar?

    Todavía sigo amando el ballet, sólo que ahora como espectador, pero lo sigo apreciando mucho. Gracias por leer mi comentario. Saludos, besos y abrazos desde Mérida.

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    1. Hola Roger, gracias por compartir tu experiencia.
      Yo también creo que deberías darte una vuelta por tu academia B para aclarar las cosas. Es lo menos que puedes hacer por todo lo que hicieron por ti.
      No tengas miedo, no lo van a tomar a mal. Explícales que no es porque la academia tenga algo malo sino porque deseas dedicarte a tu carrera al 100%. Seguro se sentirán felices por ti, y si notas que se molestan, piensa que tú hiciste lo correcto y que por fin te quitaste esa espinita.
      Ellos pueden estar pensando que no te gustaron las clases, o que había algo malo en tus maestros; es importante aclarar que no es así. Es difícil, pero verás que una vez que empiezas a hablar, las palabras salen solas. No lo pospongas, hazlo de una vez. No eres el primero ni serás el último que tiene que dejar su academia. No tienes nada de que avergonzarte o porqué sentir culpa, vas a estudiar y quieres hacerlo bien, no hay nada de malo en ello.
      Espero te ayude mi consejo, te mando un abrazo muy grande!

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