lunes, 25 de noviembre de 2013

El esfuerzo y el ánimo.


"Pase lo que pase, avanza"


Título: El Esfuerzo y el Ánimo
Dirección: Arantxa Aguirre
Guión: Arantxa Aguirre
Año de producción: 2009
Distribuidora: López-Li Films
Fotografía: José Luis López Linares, Carlos Carcas
Género: Documental

La muerte del coreógrafo Maurice Béjart en 2007 supuso una pérdida irreparable para el mundo de la danza, pero sobre todo, para los treinta y cinco bailarines que formaron su compañía: el Béjart Ballet de Lausanne. Obligados a mantener el nivel de su maestro para no desaparecer, los artistas preparan un nuevo espectáculo con ilusión, sacrificio e incertidumbre ante el futuro.
 

El documental ha sido realizado en solitario por Arantxa Aguirre, quien aprovecha el proceso de creación de un nuevo espectáculo del ballet para hablarnos de los temores de sus bailarines, así como sus sueños e ilusiones por sacar adelante a la compañía.

La ausencia de Béjart deja huérfanos a los bailarines de su compañía, hombres y mujeres llegados de los cinco continentes, que se muestran ahora entre bambalinas y sobre el escenario para descubrir cómo quieren honrar la figura de su maestro, con la nueva dirección de Gil Roman.




 


A causa de problemas cardiacos y renales, el coreógrafo Maurice Béjart murió en el Hospital Universitario de Lausanne, la madrugada del jueves 22 de noviembre de 2007. Tenía 80 años. El Béjart Ballet de Lausanne, la última compañía que fundó; debía esforzarse por crear cosas nuevas basándose en el estilo del maestro. “Pase lo que pase, no mires atrás. Avanza”, le dijo Béjart a Gil Roman, quien de inmediato heredó la estafeta para dirigir la compañía y quien como director, su esfuerzo se centra en hacer que perduren los pasos de las coreografías de Béjart, su filosofía y el eco de su memoria. La compañía llora la muerte de su maestro, lo necesitan como apoyo; buscan su aprobación y orgullo porque le quieren.

Me causa mucha emoción escribir este artículo por dos motivos: primero porque desde hace tiempo trataba de conseguir esta película y al fin lo logré y segundo, porque Béjart es el coreógrafo y director que más admiro y con quien más me identifico (por supuesto a una escala mucho menor). La relación tan personal, paternal y profunda que siempre mantuvo con sus bailarines, quienes fueron todo para él, incluso la inspiración para sus coreografías. Su filosofía, su pasión por la danza y su vocación por la enseñanza y la creación de nuevos bailarines e incluso su admiración por Queen. En fin, no podemos hablar de esta película sin saber primero quién fue Marurice Béjart.


Marurice Béjart


Nacido el 1o de enero de 1927 en Marsella (sur de Francia), Maurice Berger (que más tarde y en homenaje a Moliere, adoptaría el nombre de su esposa, Armande Bejart), era el hijo del filósofo Gaston Berger. Abandonó sus estudios de Filosofía para dedicarse al baile, que practicaba desde los 14 años cuando su médico se lo aconsejó para "fortificar su cuerpo enclenque".

Mauricie Béjart, convertido al Islam en 1973, enarbolaba una actitud mística que siempre impregnó el conjunto de su obra.

Quería que la danza fuera el "arte del siglo XX". "He sacado la danza de las salas de ópera para llevarla a los Palacios de Deportes, a los Juegos Olímpicos y al Festival de Aviñón", solía afirmar Bejart, orgulloso de haber hecho posible que un mayor público tuviera acceso a su disciplina.

Béjart también dedicó parte de su vida a educar a los bailarines. Fundó escuelas en Francia, Bélgica y Suiza, donde vivió varios años.

En total, Maurice Bejart creó 140 coreografías a través de las cuales expresó su pasión por los viajes y su gusto por el mestizaje. Cine, teatro y ópera se mezclaban en sus creaciones, que no sólo combinaron géneros, sino también épocas, estilos y civilizaciones.

Humanista, amante de los contrastes, gran viajero, curioso e inquieto.

Fue descrito como “proveedor de sensaciones” más que como coreógrafo por la crítica estadounidense y fue censurado en la Unión Soviética por una oficial que alegaba que “Béjart es o sexo o dios y aquí no queremos ni lo uno ni lo otro”, lo cierto es que la teatralidad y el colorido de sus creaciones, que exigen un gran dominio de la técnica clásica, logró atraer al público al que se propuso llegar, convencido de la capacidad universal de comunicación de la danza.

"Vivo para trabajar y para formar bailarines nuevos, encontrar talentos y trabajar con ellos. Eso es lo que me da vida."

Lo más reconocido de su obra:
   * Sinfonía para un hombre solo. Como Béjart mismo dijo, este fue su nacimiento como coreógrafo.
   * La consagración de la primavera: Una versión radicalmente experimental de la obra de Stravinsky. Ahora considerado por muchos como su mejor trabajo, una serie de cavilaciones filosóficas sobre el individuo frente al grupo
   * Bolero, 1961: Una obra maestra, que caracteriza las cualidades eróticas de Bolero en sexualidad, con tres versiones de los mismos pasos, uno con una solista femenina y un cuerpo de baile masculino, uno con un solista masculino y cuerpo de baile femenino, y una versión de varones.
   * Nijinsky el payaso de Dios, 1971: El homenaje de Béjart para Nijinsky con música de Tchaikovsky.
   * Ballet for Life, 1997: Estrenado en París en presencia de Elton John y los tres miembros supervivientes de Queen, sobre los cuales Béjart dijo: Mis ballets son los primeros encuentros ... con una pieza de música, con la vida, la muerte, el amor ... con gente cuyo pasado y el trabajo se materializan en mí ... Me encanta Queen, que son fuente de inspiración para mí, que me guía ...
   * El Cascanueces, 1998: Versión cómica de Béjart que supuestamente actúa como un homenaje a su madre y cuenta con personajes tan enigmáticos como un gato, dos travestis-ángeles, dos prostitutas-hadas y Gil Roman como Marius Petipa.


Víctor Ullate narra su relación con Béjart durante su participación en la compañía.

La directora.


Nacida en Madrid, Arantxa Aguirre es doctora cum laude en Filología Hispánica. Ha publicado ‘Buñuel, lector de Galdós’ (Premio Internacional de Investigación Pérez Galdós 2003) y ‘34 actores hablan de su oficio’ (Ed. Cátedra, 2008). Ha formado parte del equipo de dirección de autores como Mario Camus, Basilio Martín Patino, Pedro Almodóvar, Carlos Saura o Luis García Berlanga, entre otros. En teatro y ópera, ha sido ayudante de dirección de Miguel Narros y de José Carlos Plaza. También ha sido guionista de numerosos documentales. El esfuerzo y el animo es su primer largometraje dirigido en solitario.

Partiendo de su intéres personal por la danza, Aguirre documenta una etapa clave en la vida del Béjart Ballet: avanzar como compañía y seguir conservando su identidad tras la muerte de su fundador, Maurice Béjart.

Artantxa Aguirre habla para El Pais.com

La película

La lucha desesperada de un grupo de bailarines empeñados en seguir adelante tras la muerte de aquel que fue su guía. La continuidad del Ballet Béjart de Lausanne quedó en suspenso tras la muerte del coreógrafo. Béjart nombró antes de morir como heredero artístico de su compañía a Gil Roman, su mano derecha durante la última década. Roman tuvo que cargar en sus espaldas la ansiosa espera de saber si la compañía seguiría siendo financiada o no. Fabien Ruf, responsable de Asuntos Culturales de la ciudad, aseguró en mayo de 2010 que la vida de la compañía estaba garantizada.


Nadie puede asegurar qué tanto logró el documental de Aguirre para lograr esta decisión política, pero es seguro que puso su granito de arena. El resultado artístico de la película convenció tanto a Gil Roman que la directora fue nombrada como realizadora de cámara de una de las mejores compañías del mundo.
 
Gil Roman 


http://www.diariodenavarra.es

"En esta compañía no hay estrellas, sencillamente hay gente que baila mejor que otra y por eso asumen más papeles"

Heredero indiscutible del Béjart Ballet de Laussane; Roman es el hijo, el alumno. Le debe media vida (o casi tres cuartos) a su maestro, y el vacío que deja su muerte solamente puede llenarlo con una obra nueva, que esté a la altura de lo que de él esperaría Béjart. Arantxa Aguirre ofrece la visión de un hombre por demostrarse a sí mismo que merece la enorme y pesadísima confianza depositada en él.

Gil Roman entró como bailarín en la compañía Ballet del siglo XX (precursora del Béjart Ballet Lausanne) en 1979, y acabó convirtiéndose en la mano derecha del aclamado coreógrafo marsellés.

"Maurice está en mi corazón y, en escena, sigue vivo a través de los bailarines. Hasta en mis propias coreografías se nota su presencia. Sé lo que Maurice quería expresar. Lo importante es transmitir la esencia de sus creaciones, de su filosofía, no reproducir unos pasos".


Gil Roman ha tenido el difícil trabajo de suceder al genio y el público sigue su trabajo como solía seguir el trabajo de Béjart. Es bueno además que haya mostrado su propósito, no sólo de continuar con el legado del maestro, sino de colaborar con otros coreógrafos. Esto demuestra que el Béjart Ballet de Lausanne es un proyecto vivo y que puede encarar un nuevo futuro sin perderse en el recuerdo de Béjart.

Luisa Díaz 


http://www.eluniversal.com.mx/cultura/67767.html
Por supuesto que no podemos dejar de hablar de Luisa Díaz, la primer bailarina mexicana en ingresar a la Escuela de la Ópera de París y quien por 12 años formó parte del Béjart Ballet de Laussanne.

Luisa nació el 10 de abril de 1983 en la ciudad de México, es hija de los médicos José Alberto Díaz de la Garza y Martha Lilia González.


Comenzó a bailar desde los tres años de edad, a los cuatro bailó junto con su hermana la técnica del libro Ballet paso a paso de Gloria Contreras en la UNAM, y cuatro años más tarde obtuvo el papel de Clara en “El Cascanueces” con el New York City Ballet.

En febrero de l992 la famosa bailarina y coreógrafa Claude Bessy, entonces directora de la Ópera de París, le dijo que tenía potencial para bailar. Luisa se dedicó a perfeccionar su francés y para el verano de ese año se convirtió en la primera mexicana en ingresar a la Escuela de la Ópera de París.

Un día Luisa le contó a Bessy que después de terminar sus estudios en París regresaría a México para audicionar en la Compañía Nacional de Danza. Días después la coreógrafa la mandó llamar para avisarle que un auto la esperaba para llevarla a una audición con Maurice Béjart. Se emocionó y corrió por sus zapatillas y partituras para ir al Teatro de la Reina en el Palacio de Versalles donde ya la esperaba el maestro. Al terminar de bailar, él le pidió que cantara algo, ella eligió el aria de Romeo y Julieta. "Te voy a mandar un contrato", le dijo el coreógrafo.

Ahora, ha dado un paso más en su fructífera carrera: se unió a las filas del Ballet del Estado de Baviera, en donde gracias a su talento le han encargado los roles principales de obras de coreógrafos legendarios como Léonide Massine, Merce Cunningham y Jiri Kylian.

También estudió la licenciatura en filosofía con especialidad en danza postmoderna, por parte de la Universidad Intercontinental, a distancia desde Lausanne, Suiza.

El sentimiento de orfandad que la muerte de Béjart dejó en sus bailarines fue descrito en su libro "Adios Maurice, te amo".

Conclusión

Béjart fue algo más que un bailarín, consiguió acercar el ballet al público. Humanizó el arte y enseñó a verlo. Su creación, el Béjart Ballet, gozaba de una muy alta reputación. Pero nada es eterno, y pese a ceder por méritos propios a Gil Roman la dirección de su compañía, ni siquiera uno de los ballets más grandes del mundo está exento de inseguridades. Deben demostrar que son capaces, no solo de conservar el alma de Béjart, sino de caminar con paso firme en una dirección propia. Parece una tarea sencilla dadas sus capacidades, pero, como en el ballet, todo es mucho más frágil de lo que parece.

Este documental me ha hecho reflexionar sobre la situación de la mayoría de las compañías de tipo Clásico-Contemporáneo. En ellas, el coreógrafo hace las veces de director creando una dependencia absoluta hacia su persona. Cuando el director se va, la compañía se va también. Es triste mirar a los bailarines que han quedado huérfanos sin su maestro, ¿será correcto/ético que bailarines y maestro formen una relación tan personal, tan amorosa y tan estrecha? No lo sé, pero en mi caso, es inevitable. Creo que esa era parte de su filosofía de la danza, más allá de una relación laboral, era una relación de vida.
 

"Debo todo mi talento a mis bailarines"

 

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