miércoles, 2 de enero de 2013

La Mímica y el Ballet. Parte 1.


Es muy importante que los pensamientos y los sentimientos se expresen únicamente con la danza misma. Afortunadamente, ésta ha sido la intención de los coreógrafos hoy en día y cuando esto sucede, la satisfacción artística es inmensa.

Sin embargo, el ballet tradicional se apoya en la mímica o pantomima para dar mayor belleza dramática y para que la audiencia comprenda mejor el desarrollo de la historia. Dicha mímica se ha estilizado y adaptado para hacerla mas bella y para que forme parte del ballet mismo y no se vea como algo fuera de él. A este tipo de mímica la llamaremos “mímica clásica”.

La mímica clásica aún aparece en los exámenes de ballet, aunque no como prioridad. Hoy en día, existe una tendencia a rechazar esta mímica formal y estilizada que ocupó una parte muy importante en los grandes ballets del siglo XIX como Giselle, Coppelia, El Lago de los Cisnes y La Bella Durmiente. Gran parte de la mímica original ha sido eliminada en las producciones clásicas de hoy en día.